segunda-feira, outubro 22, 2007




Llegó la primavera, la estación en que nuestros


impacientes deseos buscan la perfumada


soledad. Cada flor, será la blanca mano


de Moisés; y la brisa, grato aliento del Cristo?



Omar Kheyyam, Rubaiyat
Espiñeiru y escoba, Foto de Ángel Durán

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