sexta-feira, outubro 19, 2007







El manzano

Magnífico manzano
En el corral de un clérigo crecía.
Un vecino de envidia se moría
Viéndole tan fecundo y tan lozano:
El ni manzano, ni corral tenía.
Y ya que de otro modo
No supo desfogar su encono fiero,
Arrojaba al frutal desde un granero
El desperdicio de su casa todo,
Haciendo del corral estercolero.
Bien sucedió el ramaje;
Mas la lluvia a su tiempo lo limpiaba,
La tierra con la broza se abonada,
Y el resultado fué del ruin ultraje
Que más fruto y mejor el árbol daba.
Más útil que nociva
Es la gente mordaz que tanto abunda,
Pus hace con su rabia furibunda
Que el integro varón más cauto viva
Y más pronto a sus émulos confunda.

Juan Eugenio Hartzenbusch

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