De noche, cuando el ruido se ha cansado, el aire se llena con el murmullo del mar; y los afanes vagabundos del día vuelven a sus descanso, alrededor de la lámpara encendida.
El fuego del amor se serena hasta ser adoración; se abisma la corriente de vivir; y el mundo de las formas viene a su nido, que está en la belleza que sobrepasa toda forma.
Rabindranaz Tagore, Transito y Atardecer - Mirada hacía poniente en S. Martin, Foto de Ángel Durán
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