domingo, março 16, 2008


El pensador de Rodin


A Laura Rodig.


Con el mentón caído sobre la mano ruda,
el Pensador se acuerda que es carne de la huesa,
carne fatal, delante del destino desnuda,
carne que odia la muerte, y tembló de belleza.


Y tembló de amor, toda su primavera ardiente,
y ahora, al otoño, anégase de verdad y tristeza.
El "de morir tenemos" pasa sobre su frente,
en todo agudo bronce, cuando la noche empieza.


Y en angustia, sus músculos se hienden, sufridores.
Los surcos de su carne se llenan de terrores.
Se hiende, como la hoja de otoño, al Señor fuerte


que le llama en los bronces...
Y no hay árbol torcidode sol en la llanura, ni león de flanco herido,
crispados como este hombre que medita en la muerte.


Gabriela Mistral, Vida

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