terça-feira, setembro 01, 2009


ALMIAR

sé que viajar por la carretera larga
debería anular el terror de quien viaja.
con el tiempo se hizo posible hacerlo
aunque el destino no conduzca a ese deseo.
ver pasar la llanura, las azaleas, los alcornoques
rodear por dentro el drama, el mugar del río
en el que los ojos observan el almiar ocre
y el sabor morado del madroño.
pues bien, así se hace la entrega del cuerpo
a la carretra y a la velocidad, al hijo que
canta feliz y a su risa, risa que vale el mundo etero.
entonces el miedo no duda en asaltar el futuro.
el miedo transformado en gigante de dos cabezas:
osado, pero con más ojos para llorar.
João Candeias y Puerto de El Soto, San Martin de Trevejo - 2007, Foto de Ángel Durán

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