quarta-feira, outubro 15, 2008


"Mañana. La palabra
iba suelta, vacante,
ingrávida, en el aire
tan sin alma y sin cuerpo,
tan sin color ni beso,
que la dejé pasar
por mi lado, en mi hoy.
Pero de pronto tú
dijiste:"Yo, mañana..."
Y todo se pobló
de carne y de banderas.
Se me precipitaban
encima las promesas
de seiscientos colores,
con vestidos de moda,
desnudas, pero todas,
cargadas de caricias.
En trenes o en gacelas
me llegaban - agudas,
sones de violines -
esperanzas delgadas
de bocas virginales
o veloces y grandes,
como buques, de lejos
como ballenas
desde mares distantes,
inmensas esperanzas
de un amor sin final
Mañana! Qué palabra
toda vibrante, tensa
de alma y carne rosada,
cuerda del arco donde
tú pusiste, agudísima,
arma de veinte años,
la flecha más segura
cuando dijiste: "Yo...".

Pedro Salinas, La Voz a Ti Debida y Amanecer - Dawn, Foto de Ángel Durán

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