sábado, setembro 23, 2006

Balada de las focas



Duerme papá foca como un lumpen
y mamá foca adora a su hijito:
como si fuera un caramelo,
lleva en sus dientes su pececito
a su foquita de ojos castaños
a la que llama «Mocosita».

Ah, focas semejantes a niños!
Podríais viver en este mundo tranquilas,
pero en el programa comercial
ya hace mucgo que fuisteis incluidas.
y no saben las mamás focas
que hay cables telegráficos
volando de Moscú a nuestro barco.

Y que, ahora, en su lugar de Boston,
en una gran subasta de pieles,
hay un comerciante radiante
extendiendo cheques cordialmente
y exclamando: « Paz y amistad!
Paz y russian foca!»

Para que una dama
delgada como un palo
pueda envolver con pieles sus huesos,
alguien de rostro importante
por el morse nos envía
órdenes que se clavan en los sesos.

Ah, focas! Os amamos,
pero os golpeamos con porras
porque el país lo exige.
Os pegamos en los ojos con saña
porque sois divisas, oh focas,
y las divisas nos hacen falta.

Lloran y lloran las focas,
a sus hijos protegen bajo la panza,
pero no les podemos tener lástima.
Y otra vez les pegamos con las porras.
Lamiendo nuestras botas,
nos miran suplicantes los ojos de las focas.

Lloran y lloran las focas...
Si hiciéramos el mundo otra vez
(pero es, al parecer, algo imposible),
ah, cómo os amríamos, focas!
No os pegaríamos nunca, focas.
Os invitaríamos a vodka
y jugaríamos al dominó con vosotras.

Todo ha ido bien! Doblamos el plan!
Nos felicitarán en nuestro gremio.
Por qué estás triste como un arenque?
Con dinero np hay nunca tristeza!
Con tu sueldo te podrás comprar
el mejor de los televisores.
Que te levante el ánimo el partido
de fútbol que se juega hoy en Madrid!

Pero con pena amarga,
borracho, a tu mujer,
le alzas la mano, amenazándola,
y tus nervios no pueden ya aguantar...
Y tiemblas, porque sus ojos suplicantes
te miran como los ojos de una foca.

Evgueni Evtuchenko, Entre la ciudad sí y la ciudad no

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